Escribe: Pedro Casusol 

No los quiero asustar, pero los zombies han invadido Lima. Las calles están repletas de ellos: son muertos de carnes putrefactas que lanzan alaridos y caminan como si pasearan por Barranco una noche de juerga interminable. No es broma, el gobierno no podrá con ellos y los medios de comunicación se volverán locos. Pronto no quedará nada, únicamente los escombros de lo que alguna vez fue la civilización antes de la llegada del Apocalipsis. Y algunos tristes supervivientes, claro.

Pandemia de proporciones bíblicas

El cine zombie no es ninguna novedad. “White Zombie” (1932) fue considerada la primera película del sub género, aunque podemos ir aún más lejos: “El gabinete del doctor Caligari” (1920), la gran joya del cine expresionista alemán, era también una película de zombies. Pero, ¿qué es un zombie? Según Wikipedia, es una figura legendaria propia de las regiones donde se practica el vudú. Pero el zombie moderno, tal como lo conocemos actualmente, fue producto de la atribulada mente de un cineasta en ciernes, George Romero, quien en 1968 filmó la célebre “Night of the Living Dead”.

La película fue interpretada como una metáfora del racismo y una sátira a la turbulencia por la que atravesaba Estados Unidos durante la Guerra de Vietnam. Nada mal para una producción de bajo presupuesto, que gastó solo US$ 114,000, con serias fallas en el guión, malos actores y filmada en blanco y negro para reducir costos. No obstante, esta película fue la semilla de lo que ahora podemos llamar “cultura zombie”. Me explico: los zombies de Romero no admiten justificaciones. Los supervivientes se ven arrojados a un drama de dimensiones apocalípticas y la naturaleza de los muertos vivientes no es algo que se cuestione mucho, simplemente pasa.

No todos los zombies son iguales

Para 1985, los zombies de Romero ya estaban insertados en el imaginario colectivo, tras el éxito de su secuela “Dawn of the Dead” (1978), una dura crítica al consumismo que es además considerada la primera película gore de la historia. Sin embargo, la década de los 80´s es recordada por traer al mundo filmes como “Return of the Living Dead”, falsa continuación de la primera de Romero y una suerte de parodia zombie. Ahí encuentran su génesis los populares zombies-come-cerebros, franquicia independiente que sigue produciendo películas hasta el día de hoy. Luego vendría “Braindead” (1992), del gran Peter Jackson. Considerada la película más sangrienta de todos los tiempos, se calcula que utilizaron unos 300 litros de sangre falsa durante su filmación y sigue el mismo patrón de mezclar comedia con gore.

El siglo XXI trajo consigo a un nuevo tipo de zombie. “24 Days Later” (2002), de Danny Boyle, marca una ruptura en el registro cultural zombie. El aletargado muerto viviente de Romero es reemplazado ahora por un veloz y belicoso infectado. Si bien el filme es una obra maestra del cine zombie, nos obliga a replantear algunos patrones: la génesis del asunto en este caso es una incursión de activistas por los derechos de los animales en un laboratorio, quienes sin querer liberan un virus que se extiende por toda Gran Bretaña, y no un asunto de corte existencialista como en el caso de Romero.

Zombies invaden la pantalla chica

Pese a que “The Walking Dead” se convirtió en la primera serie gore en dar la vuelta al mundo, amén de las vallas publicitarias de Fox y del despliegue mediático con el que ha contado, la primera serie de zombies fue “Dead Set” (2008), producción británica que consta de cinco capítulos y que narra las desventuras de un grupo de sobrevivientes al holocausto zombie, a saber unos cuantos concursantes del programa Gran Hermano. Sí, hay algo travieso y al mismo tiempo poético en la premisa de esta serie. En el segundo capítulo, una de las concursantes contempla el triste destino de la humanidad y no tiene mayor reparo en preguntarse: “¿Esto quiere decir que ya no salimos en televisión?”.

“The Walking Dead” nace como una consecuencia de la invasión zombie en la industria cultural, ya que de un tiempo a esta parte no solo se han ido realizando gran cantidad de películas sobre zombies, sino también novelas, cómics y hasta música. Pues bien, la serie está basada en el cómic del mismo nombre, escrito y creado por Robert Kirkman, quien considera el tema “una materia profundamente seria y dramática”. “Las buenas películas de zombies nos demuestran lo fastidiados que estamos, nos hacen reflexionar sobre nuestra posición en la sociedad”, escribió para la introducción del cómic.

La película zombi que nunca acaba

La intensión de Kirkman ha sido crear una “gran saga épica” sin un final a la vista. Su idea es seguir con el personaje principal, Rick Grimes, durante todo el tiempo que sea humanamente posible. “The Walking Dead” será entonces la gran película de zombies que nunca termina, al menos en lo que al cómic se refiere. Con respecto a la serie, se ha sabido que el primer capítulo tuvo una audiencia de 5,3 millones de espectadores en el mundo, todo un récord para una serie estrenada en cable, y ya se ha confirmado una segunda temporada que contará con trece capítulos, más del doble que la primera. Si esto sigue así, habrá zombies para rato.

Según Kim Paffenroth, estudioso del cine de Romero, los zombis son los monstruos apocalípticos por antonomasia, ya que “representan la señal del fin del mundo tal como la conocemos”. En ese sentido, la cultura zombie nos permite enfrentarnos a nuestra propia ansiedad respecto al fin de los tiempos, demostrando cuán frágil sería nuestra civilización ante una amenaza sin precedentes. Más allá de toda metáfora plausible, el zombie nos ofrece una mirada pútrida de la sociedad contemporánea. Un vistazo al oscuro corazón de la vida moderna, tal como lo hiciera Albert Camus con “La peste”, porque los verdaderos enemigos no son ellos sino nosotros mismos, y porque finalmente el hombre es el zombie del hombre, ¿o me equivoco?

(Originalmente publicado en la revista Somos, en diciembre de 2010)