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¿Por qué es tan buena “Birdman”?

Aunque ya se ha dicho todo de la última entrega de Alejandro González Iñárritu, este tipo intenta explicar por qué es su favorita para ganar el Oscar.

Publicado: 2015-02-16

¡Qué buena película es “Birdman”! La primera vez que la vi fue en mi casa, gracias a un DVD pirata con mala traducción en los subtítulos. Y antes de los quince minutos supe que había cometido un grave error. “Birdman” merece verse en el cine, con sonido estereofónico de calidad, sillas cómodas, aire acondicionado, de ser posible en verano, proyectada en un enorme ecran. Porque la película nos habla casualmente de eso: de la delgada diferencia entre el cine de calidad y la mera basura contemporánea que produce Hollywood.  

¿Para qué escribir otra reseña de esta película? ¡Si ya todo el mundo ha escrito de ella! Por eso mismo no pretendo hacer un agudo análisis. Basta decir lo que la gente ya sabe, que Michael Keaton se interpreta a sí mismo: un actor venido a menos que tuvo su época de gloria hace más de veinte años, cuando interpretó a un superhéroe enmascarado, Birdman, y que en un intento desesperado por recuperar el prestigio perdido decide escribir, dirigir y protagonizar una obra en Broadway. Nada menos que una adaptación del cuento “What We Talk About When We Talk About Love”, de Raymond Carver.

riggan harto de ser birdman.

Por momento pareciera que estamos viendo una suerte de metapelícula, pero no vayamos tan lejos. Lo que sucede en el filme es que Riggan Thomson (Keaton) empieza a sentir que la obra trata de sí mismo. El hombre alguna vez estuvo en la gloria, pero ya viene de regreso y detesta en lo que se ha convertido el mundo: un lugar en donde importa más volverse viral que ser reconocido por mérito propio, en donde vale más ser una celebridad que ser prestigioso. Riggan lucha contra Birdman por eso, porque odia en lo que se ha convertido su leyenda.

Su matrimonio se fue al tacho hace tiempo, su hija estuvo en rehabilitación y Riggan lo apuesta todo en esta escenificación del cuento de Carver. En medio aparece Mike Shiner, interpretado por Edward Norton (otro actor que parece interpretarse a sí mismo), en un papel que encarna mejor que nunca lo que implica ser un actor realmente comprometido con su oficio. Shiner no tiene intención de hacer algo loable en el mundo, constantemente está repitiendo que sobre las tablas las cosas son perfectas para él; pero una vez fuera, todo falla. El mundo es un asco. No se le para. Le resulta imposible amar.

riggan thomson y mike shiner conversan.

Lo que es la ficción, ¿verdad?

Riggan también vive en la ficción a su modo. El actor de Hollywood sufre telequinesis, escucha la voz de Birdman, se cuestiona, está bajo la presión de quien lo apuesta el todo por el todo. A fin de cuentas estamos en Nueva York, en el corazón de la industria cultural de prestigio. Pero Riggan tiene el peso de Birdman sobre los hombros. El hombre enmascarado es todo lo que alguna vez él fue, un personaje capaz de convocar a millones de espectadores a las salas de cine. Desde entonces la industria cinematográfica de superhéroes nunca fue la misma. Tal como pasó con Michael Keaton en la vida real.

No por gusto las referencias al mundo del entretenimiento, a actores, productores y directores, con nombres y apellidos, abundan en la última entrega de Alejandro González Iñárritu, director mexicano a quien le debemos películas como “Amores perros”, “21 gramos”, “Biutiful”. Sin duda, el hombre ha llegado a un punto de madurez envidiable y ha aprovechado todo lo que ha aprendido sobre la industria que ahora lo acoge: Hollywood. 

Sin morderse la lengua él también lo ha apostado el todo por el todo, construyendo en “Birdman o (La inesperada virtud de la ignorancia)” su mejor obra hasta el momento. No solo por la historia, las actuaciones y la puesta en escena (una cámara que parece nunca detenerse, jugando con la idea de una sola toma unitaria), sino también por el ritmo narrativo, desde mi punto de vista lo mejor que tiene la película…

Cuando por fin aparece birdman.

Esa batería que sigue la secuencia de la trama, que subraya los diálogos cuando Riggan Thomson y Mike Shinner discuten, cuando la tensión va llegando a su punto culminante, cuando caminan por la calle y el baterista está ahí... Valdría la pena ver la película solo por la banda sonora. Aunque sea memorable también aquel momento en que Riggan pierde la cordura y se nos aparece Birdman en persona, cuando la delgada línea que separa la realidad y la ficción desaparece.

Así que junta tus morcalos y paga por ver la mejor película que se ha estrenado esta temporada en la cartelera nacional. (Aunque hay que preguntarse por qué las distribuidoras locales, que de buen cine no saben nada, le han dado tan poca bola y a las dos semanas de su estreno ya la han relegado a los peores horarios.) Es mi favorita para el Oscar.


Escrito por

Pedro Casusol

Consultas y colaboraciones a pedrocasusol@gmail.com


Publicado en

bebedor de absenta

arte, música, cine y literatura.