- Fuiste un impulsor de jazz en Lima desde la década de los 80’s.
Organicé los Festivales de Jazz, en el parqueo del Centro Camino Real, como cuatro o cinco. Después fundé el Satchmo, trajimos grandes estrellas de jazz. Porque yo siempre creí en el jazz, porque era mi pasión. Me encanta el jazz, pero me he dado cuenta desde hace unos 20 años, que el jazz es difícil de entender, de asimilar. Es un idioma difícil de escuchar, de asimilar. Porque son notas y al ser humano le es más difícil captar la música por notas que por un cantante. Por eso es que los cantantes son más populares que un violinista, por decirte. Ahí me di cuenta que el jazz en el Perú siempre va a ser un estilo musical bastante no popular, etcétera. Entonces yo ahí me dediqué… porque a mí siempre me han gustado las melodías bonitas y el saxofón además es un instrumento melódico. Termino yo formando una big band, que es la Gran Banda en castellano, tocando Glenn Miller y Pérez Prado. Termino tocando con Eva Ayllón cantando melodías peruanas y criollas e internacionales. Termino grabando un disco instrumental con mis temas favoritos de los años 60´s, como “Muñequita linda”, esas canciones antiguas. Sigo siendo fanático de las melodías bonitas. La música que yo compongo y escribo tienen esas características.
- Te saltaste tu paso por Traffic Sound. ¿Cómo fue?
- Asu mare, regresamos al pasado. ¡Qué pesado con el pasado! ¿Mi paso por Traffic Sound? Fue una experiencia musical que marcó mi vida. Se lo acabo de transmitir a mis compañeros de Traffic Sound. Tengo la imagen de mí mismo pensando, durante un ensayo, cómo podía yo transmitirles a mis amigos de Traffic Sound las ideas musicales que yo tenía en la cabeza sin cruzarme con ellos, porque a los 16 ó 17 años tú no le puedes decir al otro lo que toque. Entonces yo dije no, no voy a decir nada, y la única solución es aprender a escribir música. Gracias a Traffic Sound yo me di cuenta de que tenía que estudiar el idioma de la música. Eso marcó mi vida.
- Por eso tuviste que ir a estudiar fuera. ¿Y cómo influenció la universidad en tu música?
Ah, bueno. Es el inicio del camino: en Buenos Aires escuché por primera vez el jazz en vivo, aprendí qué cosa era practicar el instrumento. Practicaba seis horas diarias en el baño de mi departamento, la flauta porque el saxofón no estaba en el currículo de los conservatorios. De ahí me pasé a la universidad de Southern Mississippi, ahí sí había programa de jazz con saxofón y todo, dos años y medio. De ahí pasé a Berkeley, Boston, dos años y medio también. De ahí cuando veo a Sonny Rollins en un club de jazz, terminé el ciclo y me di cuenta que tenía que tocar solo. Ya tenía pues la mochila llena de conocimiento. Dije: Me voy a tocar a las calles y me fui a las calles de San Francisco. Ahí toqué durante tres semanas en la calle un solo tema de Stevie Wonder: “Isn't She Lovely”.
- Y cuando regresas al Perú, ¿qué es lo que encuentras acá musicalmente?
- Nada que me interesara hasta cierto punto, yo era fanático del jazz en esa época. Y dije: Bueno, yo quiero tocar jazz, pero tengo que inculcar el jazz en el Perú. Ahí empecé a organizar los festivales, de ahí empecé a tocar con un grupo, fundamos Perú Jazz con Manongo, Enrique Luna y Chocolate. Y de ahí paso a otro rubro musical. Toco con Pedro Suárez Vértiz como cuatro años, de ahí formo la Gran Banda, de ahí viene Eva Ayllón y la Gran Banda y de ahí viene Serenata de los Andes.
- ¿Cómo llegaste al saxofón? ¿Por qué ese instrumento?
- Porque el saxofón, como te dije, es un instrumento melódico. Cuando yo viví en el hotel, todas las noches dormía con el sonido de un grupo en vivo, un quinteto, que estaba al costado de la habitación, en el restaurante, todas las noches. Entonces yo dormía con ese sonido. Era un saxofón, guitarra, bajo, batería y piano. Y el saxofón en esa época empezaba a salir en las películas de Bill Halley y los cometas, de Elvis Presley. En la radio sonaba Fausto Papetti, era un saxofonista italiano. Toda esa unión de cosas me llevó a elegir el saxofón.
- ¿Y qué es el saxofón para ti?
- Es el instrumento más versátil, pienso yo, de los instrumentos de viento. Porque el saxofón lo ves tocando en un grupo de rock; lo ves tocando en jazz evidentemente: uno de los símbolos del jazz es el saxofón; lo ves tocando en las orquestas de salsa; lo ves tocando merengues; lo ves tocando en el Ande, en el valle del Mantaro… Ves todos los grupos y orquestas del planeta y siempre hay un saxofón. Es un instrumento muy versátil.
- Cuéntame del nuevo disco que estás presentando.
- Este disco se llama Mis Tesoros Musicales 1. He escogido fragmentos de toda mi trayectoria musical para plasmarla en un disco. He tenido la suerte de grabar con la Gran Banda, con Eva Ayllón y la Gran Banda, instrumentales míos, con Serenata de los Andes, música criolla con Pepe Torres. Entonces he recopilado acá los diferentes estilos y dos o tres canciones de cada disco, por eso se llama Mis Tesoros Musicales. Mi idea también es poder compartir con el público los diferentes estilos. Lo estoy presentando este jueves 26 de marzo en Dédalo de Barranco, con el Chino Figueroa en los teclados, vamos a tocar las canciones que están ahí y otras más, compartiendo con el público. Es una idea mía que nace de mi amistad con Eduardo Lores y su esposa María Elena, una amistad de muchísimos años.
Publicado: 2015-03-24
“Yo empecé a los diez años de edad tocando saxofón en el Country Club de San Isidro, porque ahí crecí. Durante 13 años de mi vida mi padre era gerente del hotel, era francés, y me apoyó muchísimo en la música. Me compró el saxofón a los tres días de yo haberle dicho que quería ser músico. Y de ahí murió mi padre, cuando yo tenía trece años. Y mi madre me apoyó siempre con su trabajo y con ese apoyo yo pude ir, en épocas muy duras para el Perú, a estudiar a Buenos Aires y de ahí me fui a estudiar a la universidad de Mississippi, de ahí me fui a estudiar a Boston, Berkeley, a la universidad de mis sueños… De ahí me harté de estudiar y me fui a tocar a las calles de San Francisco, a ser músico de la calle. De ahí me fui a Santa Bárbara, California, donde viví tres años. De ahí volví a Lima”. Así narra el comienzo de su carrera el mejor saxofonista que tiene el Perú: Jean Pierre Magnet.
Escrito por
Pedro Casusol
Consultas y colaboraciones a pedrocasusol@gmail.com
Publicado en
bebedor de absenta
arte, música, cine y literatura.