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Cambio climático, del activismo acusador al educador

Publicado: 2023-10-15

Escribe: Alfredo Coronel Zegarra

Los efectos del cambio climático son cada vez más significativos y por ende es urgente emprender acciones para enfrentarlo. De acuerdo a los especialistas el asunto no es solamente reducir las emisiones de carbono, va un poco más lejos, es imposible atacar esta reducción sin, a la vez, evitar destruir la biodiversidad de nuestro mundo. Situación que complejiza las opciones.

Esta presión, a veces asociada a una sensación de pesadumbre por la falta de resultados puede, en ocasiones, confundirnos y hacernos equivocar las acciones.

Se vuelve una tarea fundamental que las posiciones y llamados de los activistas se centren en la educación de la población respecto al significado de esta circunstancia: ¿qué representa, que se puede hacer y como contribuimos cada uno de nosotros?

Señalar a los productores de combustibles fósiles como responsables puede ser “correcto” para nuestra conciencia. Pero la realidad es que estas empresas continuarán produciendo mientras exista una demanda y siga siendo un negocio rentable, excepto, por supuesto, para la petrolera estatal peruana. Pedir que cese la producción de este tipo de combustible no solo es iluso, es errado. Si hoy se dejase de producir el mundo se paralizaría y millones de personas morirían. Tal vez salven el planeta, pero ¿quién lo habitaría?

Identificar y eliminar los productos en los que la energía proviene de fuentes no renovables sería igualmente inútil, ya que la lista incluiría la mayor parte de lo que conocemos. Casi todo lo que consumimos está vinculado, de una u otra manera, a los combustibles fósiles. Nuestra forma de vida económica, social y cultural, construida en los últimos 150 años, se relaciona con los mismos.

Reducir el consumo general tampoco ayudaría, ya que el crecimiento bajaría y entonces las oportunidades para que las personas salgan de la pobreza serían mínimas. Y, entonces, enfocarte en el cambio climático se hace difícil, primero está la satisfacción de las necesidades básicas.

Para lograr los cambios previstos en el 2030, en menos de siete años, y al 2050 necesitamos educarnos en un consumo responsable con el ambiente. Cada uno de nosotros debe hacerse cargo. Variar nuestros patrones de consumo ayudaría a pasar al uso de energías provenientes de fuentes renovables.

Conseguir que todos tengamos una cabal comprensión del asunto solo será viable si se incluye en cuanta institución educativa exista, como tema regular de los currículos, los asuntos ambientales, causas, alternativas, propuestas, políticas y acciones. Mientras más personas aprendamos sobre esto es probable que podamos influir en nuestros trabajos, empresas y familias.

Y, posiblemente, cambiemos nuestras conductas y nuestro destino.


Escrito por

Pedro Casusol

Consultas y colaboraciones a pedrocasusol@gmail.com


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bebedor de absenta

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