Sobreviviendo al cambio climático
La ciencia, la experiencia y la innovación ofrecen rutas de indagación que deberemos escalar
Escribe: Alfredo Coronel Zegarra
La elevación de la temperatura de la Tierra, resultado de la contaminación con gases de efecto invernadero por actividades humanas, demanda que, con cada vez mayor urgencia, estemos preparados para convivir con ella. Intentemos minimizar sus impactos. En ese sentido, las tareas son de cada habitante del mundo, sea cual fuere el rol que juguemos en la sociedad, la economía o la política. Influir y actuar son imprescindibles y tienen carácter obligatorio.
La transformación para revertir esta situación es de tal magnitud que requiere un esfuerzo común. Y aunque parezca lenta y sea probable que se cumplan las desalentadoras predicciones de los expertos, aún debemos participar. Podremos guiarnos con los siguientes ejes:
• Adaptación: adecuemos la forma de producir, consumir y vivir a las nuevas condiciones. Esto supone acondicionar las ciudades, evaluar procesos y cadenas de abastecimiento, medir el gasto de energía y agua. Atendamos el efecto que tendrá la escasez de recursos y también, las consecuencias de las futuras catástrofes. Prevengamos ante la certeza de temperaturas extremas, inundaciones o sequías.
• Mitigación: ¿Cómo reducir el deterioro de los ecosistemas? Seamos conscientes de las emisiones que generamos en las rutinas cotidianas: al alimentarnos, transportarnos o entretenernos, entre otras. Debemos, por ejemplo, controlar los desperdicios orgánicos, los vertederos de basura envían metano a la atmósfera. Además, consideremos que utilizar internet y redes precisa electricidad y refrigeración para su transmisión, procesamiento y almacenamiento.
• Regeneración: Lo anterior no basta; es necesario recuperar la biodiversidad afectada. Complementariamente, faltaría acelerar la adopción de mecanismos para extraer carbono del espacio. Pagar más por productos provenientes de áreas reforestadas o que aplican prácticas agrícolas sostenibles ayudaría. ¿Conseguiremos pasar de ser “carbono positivo” a “carbono negativo”?
Trabajar en y con empresas comprometidas en ser ambientalmente sustentables exige que, además, lo sean económicamente. De nada sirve una organización cumpliendo las tareas en favor del hábitat y las comunidades aledañas si quiebra. Importan tanto el planeta como las personas y las ganancias.
¿Logrará el Estado, en todos los niveles, alcanzar su sostenibilidad y liderar, con políticas públicas, el cambio requerido?
Estas acciones combinarán técnicas conocidas con nuevas. Desde soluciones basadas en la naturaleza hasta los avances de la inteligencia artificial, pasando por el reconocimiento de saberes ancestrales. La ciencia, la experiencia y la innovación ofrecen rutas de indagación que deberemos escalar.
Las decisiones individuales influirán; entonces, busquemos capacitarnos para saber qué hacer y tomemos conciencia sobre su impacto.
Dudemos del negacionismo, de los agoreros apocalípticos y del activismo sin propuestas viables. Evitemos la parálisis o la angustia por la magnitud del reto; simplemente empecemos con lo que podamos y sintámonos bien por ello. Luego, ampliaremos nuestro proceder.
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Consultas y colaboraciones a pedrocasusol@gmail.com
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arte, música, cine y literatura.