Escribe: Alejandro Palomino
El sendero hacia la innovación se ilumina con destellos de optimismo y la sabiduría adquirida con el tiempo. Desde sus humildes comienzos detrás de una caja registradora en una tienda de productos tecnológicos, Alessandro Neyra ha transitado un viaje que lo ha llevado a convertirse en un referente en el sector. Hoy, como gestor de innovación en una empresa de tecnología móvil, su objetivo es desafiar a las gigantescas corporaciones que han monopolizado el mercado de la telefonía móvil durante tanto tiempo.
Nuestra tertulia se convierte en una travesía a través de los retos y sombras, así como las incertidumbres que han dejado años de intentos por impulsar una cultura de innovación en un país que aún no ha logrado posicionarse en lo más alto de este ámbito. Alessandro nos ofrece un panorama que, aunque parece lejano, no es inalcanzable. Sus palabras son como leña encendida, invitándonos a imaginar un escenario favorable para la innovación en Perú.
Marketero de profesión y ahora pionero en la gestión de la innovación, nos guía a través de las sinuosas sendas del progreso tecnológico. Sus reflexiones, impregnadas de la experiencia acumulada, revelan un país aún en búsqueda de su identidad innovadora. Con su visión, nos muestra que, aunque el camino está plagado de desafíos, la posibilidad de un resurgir tecnológico está al alcance. Las luces de la innovación, como faros en la oscuridad, señalan un futuro donde Perú puede finalmente reclamar su lugar en el escenario mundial.
- Desde sus humildes comienzos hasta alcanzar la prominente posición de jefe de marketing digital en Bitel, ¿cómo evoca usted aquellos primeros años de su trayectoria profesional?
- Siempre he creído que todo es parte de un proceso. Desde joven, he valorado la información, el aprendizaje y la experiencia por encima de todo. Con esta mentalidad, sabía que mis primeros trabajos no serían en puestos de liderazgo ni en oficinas elegantes. Era consciente de que tenía que comenzar desde abajo para entender realmente el mundo laboral.
- ¿Qué recuerdos guardas de tu primer trabajo en Coolbox, en el centro comercial Jockey Plaza?
- Tomé mi primer trabajo en Coolbox para familiarizarse con conceptos como contratos laborales y planillas. Esta experiencia me permitió aprender cómo funciona el mundo corporativo. A medida que adquiría experiencia, me fui orientando más hacia el marketing, qué era lo que había estudiado.
- ¿Se considera un verdadero veterano de lo que ahora denominamos marketing digital?”
- No me considero un experto en nada todavía. Mi principal objetivo sigue siendo especializarme en el campo en el que estoy y continuar aprendiendo cada día y más aún en un mundo tecnológico en constante cambio, lo que sabías hace cuatro años ya no es relevante hoy.
- ¿Qué es lo bueno de haber florecido con el marketing digital?
- Este trasfondo me ha dado la comprensión de cómo empezó todo, cómo funciona y cuál es la lógica detrás del marketing digital. La base de este conocimiento facilita un aprendizaje mucho más rápido. No puedes comparar a alguien que recién comienza en marketing con alguien que ya ha experimentado con diferentes tipos de campañas y objetivos, obteniendo diversos resultados y datos. Todo esto forma parte de un proceso de aprendizaje continuo.
- En la constelación de su experiencia, ¿cómo define o interpreta el término ‘innovación’? ¿Podría compartir con nosotros su visión personal sobre este concepto tan esencial y a menudo elusivo?
- Innovar, en su esencia, significa hacer las cosas más fáciles y eficientes. Este principio es el que siempre tengo en mente. Ahora, claro, la fuente de innovación está estrechamente ligada a la tecnología. Utilizar nuevas herramientas y explorar caminos inexplorados para alcanzar objetivos sin agotar tantos recursos ni esfuerzos, eliminando procesos de bajo valor, es lo que representa la verdadera innovación para mí.
- El auge tecnológico del siglo XXI prometía transformar economías mediante la tecnología. En Perú, pese a las altas expectativas, plataformas como Uber, Rappi y Airbnb, que son las más grandes en el Perú, no emergieron de innovaciones locales y su adopción no impactó profundamente la economía seguimos siendo pobres. ¿Cuál es su visión sobre el papel de la innovación local en este contexto?
- Una startup puede tener un fin social o simplemente querer ganar dinero. Al final, un negocio busca mantenerse a flote. Entonces, es evidente que las aplicaciones, software o innovaciones en el mercado están orientadas a maximizar el retorno de la inversión, y no tanto a contribuir con la economía o la sociedad. El ecosistema de startups en Perú es muy pequeño. En Colombia, un país vecino con una moneda similar, el rubro es impresionante. Hay miles de aceleradoras que se pelean por tener diferentes proyectos en sus filas para poder incubarlos. La oferta es mucho más grande allá.
- Las políticas de expansión económica han sido aclamadas como catalizadores para la innovación, el crecimiento y el empleo, adoptando ahora el mantra ‘Con punche Perú’ con la esperanza de encender un renacimiento económico. Sin embargo, parece que esta melodía se ha tocado en una única tecla: el consumo a las empresas ya establecidas o importadas de afuera. ¿Cuál es su perspectiva sobre esta dinámica y su efecto en el desarrollo de la innovación del país desde tu punto de vista?
- Desarrollar un producto o servicio es mucho más sofisticado que simplemente realizar una inversión. Además, hay que considerar si esa inversión es útil para el nivel de personas y clientes que tienes. No creo que necesariamente la innovación siempre ayude a la economía o a la sociedad. Por ejemplo, ahora estoy desarrollando un proyecto de inteligencia artificial para reemplazar a mis asesores de venta tercerizados. Voy a usar tecnología e innovación para sustituir agentes humanos por inteligencia artificial. En este caso, claramente no hay un apoyo social. Es crucial entender cuáles son los objetivos detrás de la innovación. Si vas a innovar, debe haber un propósito claro y bien definido.
- ¿Por qué no basta con que la alta gerencia destine fondos o realice una inversión para desencadenar la innovación?
- El 50% de la ecuación es el dinero, pero el otro 50% es la parte humana. Se trata de dar el dinero a las personas adecuadas, aquellas que cumplan con el objetivo de la innovación. Debo tener muy claro en qué estoy invirtiendo y cuál será el impacto de esa inversión en la empresa a corto, mediano y largo plazo.
- ¿Por qué la innovación no es simplemente una herramienta que se puede usar y adaptar para obtener un producto?
- La innovación no funciona simplemente como una herramienta que se implementa para generar alguna mejora. Es un conjunto de prácticas, una cultura en sí misma, apoyada por personas competentes que, en su totalidad, responden a un objetivo establecido. Este enfoque busca generar una mejora, pero si algo dentro de la cadena falla, el poder de la innovación no logrará ningún impacto. La innovación requiere cohesión, visión compartida y un compromiso integral para realmente transformar y mejorar.
- En relación a iniciativas como Yape, una aplicación de pago móvil desarrollada por el Banco de Crédito del Perú, si bien son prometedoras, emergen no de agentes disruptivos externos, sino dentro del mismo grupo financiero establecido y con recursos?
- Aún no estamos preparados; creo que estamos en pañales en términos de cultura e información estratégica, así como en adopción tecnológica. Apenas se han creado carreras de innovación y emprendimiento, y las primeras promociones están saliendo ahora. Esto refleja el nivel de desarrollo en que nos encontramos como país, tanto social como políticamente. La inestabilidad política y económica de los últimos años también repercute en la calidad y disposición de nuestros profesionales.
- ¿Por qué aún no tengo en mi teléfono una aplicación de origen peruano valorada en un millón de dólares?
- No necesariamente significa que una aplicación no sea buena solo porque no la tengo en mi teléfono. Hay aplicaciones muy útiles que no todos usamos. Por ejemplo, existe una llamada Compi, una plataforma que compara precios en línea. Si quieres comprar un televisor, buscas en Compi y te muestra los precios en todos los e-commerce activos ese día, ayudándote a encontrar la mejor oferta. Aunque soluciones como esta son muy interesantes, quizá no estén masificadas o no cuenten con un marketing eficaz, porque la innovación también necesita ser vendida. Encontrar innovación puede ser difícil, especialmente si no estamos inmersos en el mundo de la tecnología. No es común que cualquiera sepa sobre startups e innovación.
- Finalmente, en un tono más filosófico, ¿cuáles cree usted que son las guías luminosas que pueden orientar el camino hacia el progreso tecnológico a través de la innovación en Perú?
Creo firmemente que la innovación debería estar presente en el currículo desde la educación primaria. Deberíamos comenzar a enseñar estas habilidades desde la escuela. Al graduarse, los estudiantes apenas dominan Excel y Word, y solo recientemente algunas instituciones han empezado a incluir Photoshop e Illustrator, reconociendo su relevancia. Esta formación debería comenzar en la escuela y no solo en la universidad, que ahora ve una oportunidad de negocio al ofrecer estas carreras.
Es similar al fútbol: no podemos esperar tener un jugador estrella si no recibe apoyo y entrenamiento adecuado desde temprana edad. El talento necesita ser nutrido y apoyado para desarrollarse plenamente. De la misma manera, debemos fomentar la mentalidad innovadora desde abajo, para que florezca con el tiempo.
Ejercicio 2.
Taller de crónicas y perfiles. ISIL 2024-1.