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¿Números mentirosos?

En ocasiones señalamos usar métodos rigurosos que justificarían lo que creemos, pero, desacertadamente, primero sacamos la conclusión y luego acomodamos la información intentando que solvente lo dicho

Publicado: hace 2 horas

Escribe: Alfredo Coronel Zegarra

¿Ha escuchado o leído algo bien formulado que parecía demasiado bueno o excesivamente malo para ser real? Mantenga la duda y “tómelo con pinzas”.

Las valoraciones científicas generalmente son aceptadas como ciertas. Aunque algunos manifiesten recelos sobre su veracidad, la mayoría confiamos en ellas. Sin embargo, si bien las matemáticas producen resultados certeros y siempre iguales, es poco probable que digamos lo mismo de la forma en que nosotros los presentamos o usamos.

Es así que un número alcanzado correctamente puede ser útil en la sustentación de ideas disímiles. Aplicaremos estas estimaciones dependiendo de cómo las interpretemos. Pueden servirnos indistintamente en uno u otro sentido y afirmaremos que un vaso está medio lleno o que se halla medio vacío; la realidad es que está lleno hasta la mitad. Y como menciona una frase atribuida al ex Primer Ministro británico del siglo XIX, George Canning: “Puedo probar cualquier cosa con estadísticas, excepto la verdad”. La ciencia es conducida por seres humanos con inclinaciones y matices.

De esa manera, muchas veces los sesgos que seguimos guiarán los cálculos que hacemos. Alarmamos o despreocupamos exageradamente cuando, por ejemplo, en lugar de comparar datos con este año, lo hago con el anterior. Hablo de rebote cuando los porcentajes aumentan, no cuando ellos bajan, esto es, cuando rebotan del techo. Acomodamos lo obtenido para que respalde lo que pensamos.

En ocasiones señalamos usar métodos rigurosos que justificarían lo que creemos, pero, desacertadamente, primero sacamos la conclusión y luego acomodamos la información intentando que solvente lo dicho. Lo serio es explicar lo encontrado, no al revés. Partimos de suposiciones con el objetivo de verificarlas; de ser imposible, deberemos ensayar otra lectura.

Analizar las situaciones y dilucidarlas a la luz de casos fortuitos o anecdóticos es otra variante de la seudociencia que abunda en estos días. Asimismo, impreciso será considerar referencias que dependen de las circunstancias, opiniones o ámbitos que cambian constantemente para establecer causas o consecuencias. Se vuelve incierto su efecto cuando nos hallamos impedidos de aislar la influencia de diversas variables, produciéndose equivocaciones de apreciación.

En determinadas oportunidades se requiere integrar contexto a las cifras quitándoles aridez. Si bien una historia facilitará su comprensión, puede igualmente llevarnos por rutas desaconsejables y caminos de exploración errados. El entorno es valioso siempre que evite distorsionar lo conseguido.

Entregar y comprobar la veracidad de lo que sugerimos con descuido impresionará desagradablemente. Si además se ponen al descubierto propósitos engañosos, se creará desconfianza y seremos desoídos y rechazados. Transparentar procedimientos y técnicas, poniendo sobre la mesa los supuestos usados, de manera que cualquiera replique el experimento, es el modo de validar lo que sostenemos. Desvirtuaremos las suspicacias.


Escrito por

Pedro Casusol

Consultas y colaboraciones a pedrocasusol@gmail.com


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bebedor de absenta

arte, música, cine y literatura.