Recordar es volver a vivir
En varias oportunidades, lo que rememoramos es errado. De esa manera, habrá estado en reuniones donde cada quien tiene una versión diferente de una circunstancia determinada
Escribe: Alfredo Coronel Zegarra
Aunque la frase del título parezca publicidad de una compañía de venta de cámaras fotográficas, es, en realidad, atribuida al poeta hispano-romano Marco Valerio Marcial. Este se refería así a la oportunidad de poder disfrutar nuevamente aquellas cosas que son agradables de la vida. Pero, convengamos que, de ser exacta esta afirmación, se padecerían también aquellos momentos aciagos. Entonces, efectivamente, evocar eventos o charlas es revivirlos, sean estos gozosos o dolorosos. Solo evitemos quedarnos en el ayer.
En estas épocas donde, al vivir más, diversos trastornos neurológicos atentan contra los recuerdos que tenemos, vale la pena precaver para que su ataque nos agarre lo más tarde posible o, preferiblemente, nunca. Activar la vida social, dormir lo suficiente y sostener charlas amenas son recomendaciones en ese sentido. Lecturas, acertijos o crucigramas, entre variados entretenimientos, ayudan.
Parecido es el caso cuando desistimos de acudir a reuniones con amistades, sean virtuales o presenciales, por temor a olvidar conversaciones, encargos y tareas en general. Perdemos confianza en nosotros mismos, aislándonos o cayendo en procesos depresivos, convirtiéndose en un círculo vicioso. Procurarnos de herramientas de anotación serviría.
Tengamos en cuenta lo que mencionan muchos estudiosos de la mente humana: esta tiende a cambiar lo que podemos acordarnos. En varias oportunidades, lo que rememoramos es errado. De esa manera, habrá estado en reuniones donde cada quien tiene una versión diferente de una circunstancia determinada. Pero no es porque busquemos falsear la verdad, esto es realizado inconscientemente en el cerebro y aún se investigan las causas. Pruebas hechas al respecto, registrando cada cierto período las variaciones de lo recapitulado, señalan que, a menudo, el paso del tiempo hace alterar lo que creemos que pasó. Mientras se examinan razones, lo real es que el discurrir de los días difumina los acontecimientos.
De otro lado, los especialistas en marketing insisten en mejorar la experiencia de los clientes, tratando de conseguir que estas sean memorables. En particular, indican que hay que centrarse en la última emoción experimentada. Así, dan suma importancia a campañas y atención que mejoren el nivel de recordación y luchan para que este sea positivo. Lamentablemente, en demasiados servicios estatales y en algunos privados, los resultados semejan ser una oscura pesadilla o un laberinto sin fin, alcanzando una pobre remembranza.
La memoria, pues, resulta siendo una facultad que mejora la existencia; por eso, dejar de poseerla, debido a males o actitudes, empeora la calidad de vida. Mantener vivos a los que se fueron se hace abrazando los instantes pasados, sea que los conmemoremos tal como fueron o como nuestro cerebro quiera. Conservaremos vigentes los sucesos y a las personas, perennizando ocasiones idas.
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Consultas y colaboraciones a pedrocasusol@gmail.com
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arte, música, cine y literatura.