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Amor a primera vista

En estas épocas con tanta desinformación, maniqueísmo y polarización, es preciso darnos la tarea de verificar, contrastar y ejercer nuestro pensamiento crítico de forma independiente

Publicado: hace 2 horas

Escribe: Alfredo Coronel Zegarra

¿Le ha pasado alguna vez haberse dejado llevar por la primera impresión? Tal vez sí, sea cuando conocimos a alguien y “con solo verle la cara” supimos sus intenciones, inclinaciones y principales temores. Seguro que, frente a un plato de comida, antes de probarlo o siquiera olerlo, ya estábamos convencidos de que sería desagradable. Concluimos apresuradamente.

Aunque las corazonadas iniciales fueran descartadas por la realidad, esa visión habría de acompañarnos bastante tiempo, posiblemente hasta que, fruto de interacciones reiteradas, quizás, cambiemos de opinión.

Además, en ocasiones, la percepción originaria fue tan fuerte que impidió que nos diéramos el trabajo de relacionarnos con la persona en cuestión o de saborear el potaje. Y, probablemente el prejuicio continuará sin importar lo que se demuestre. Incluso habrá momentos en donde escalaremos hacia censuras o prohibiciones sin mayor evidencia, o a comprometernos apresuradamente para luego retroceder al analizarlo concienzudamente.

Descreeremos del aludido y de las personas que piensan de forma similar. Evitamos esforzarnos en quitarnos la venda de los ojos y “darle una oportunidad”. ¡Ni gastar energía en prestarles atención!

Así, poco avanzaremos en comprender a los demás. Si no oímos primero o estudiamos adecuadamente las circunstancias, las opciones de razonar a favor o en contra se diluyen. Igual sucede con las alternativas para abrir espacios de acuerdo o confianza mutua.

A veces, esta tacha viene de seguir lo que manifiestan terceros. Y a pesar de tratarse de gente a la que respetamos, tienen sus propios intereses. Así que, en estas épocas con tanta desinformación, maniqueísmo y polarización, es preciso darnos la tarea de verificar, contrastar y ejercer nuestro pensamiento crítico de forma independiente.

Recordemos que los algoritmos de las redes sociales están diseñados para darnos lo que nos interesa, inundándonos de mensajes que refuerzan las tendencias y presunciones que hemos expresado. También, como señalan algunos estudiosos del comportamiento humano y sus sesgos, las manifestaciones que se orientan a generar temor y odio son más fácilmente aceptadas y adoptadas. De ahí su proliferación. Evidentemente, ninguna proscripción serviría, es asunto de que tomemos las previsiones necesarias por cuenta propia.

Alejarse de la sensación inicial es complicado, tal como hacerse a la idea de que el amor se desvaneció. Pasa por reconocer que equivocamos el camino, que hay otras opciones y que intentaremos desterrar suspicacias infundadas para conseguir enmendarnos. Decidir quedarnos en lo conocido pareciera resultar una alternativa incompleta. Abramos la mente a distintas perspectivas de manera que logremos sacar una conclusión certera. Puede ser que consolidemos la apreciación primigenia, pero no será por un pálpito, se hará en base a fundamentos sólidos. Argumentos que ayudarán a que construyamos puentes de entendimiento.


Escrito por

Pedro Casusol

Consultas y colaboraciones a pedrocasusol@gmail.com


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bebedor de absenta

arte, música, cine y literatura.