Reflexiono, divirtiéndome solemnemente
Las instituciones construidas, las libertades conquistadas, los derechos que gozamos y los deberes a cumplir son fruto de esta mezcla de individuos, sociedades y expresiones
Escribe: Alfredo Coronel Zegarra
Mañana festejamos el aniversario patrio. Conmemoraciones que obtendrán distinta valoración dependiendo de cada uno de nosotros. Algunos “exprimiremos” los feriados para descansar, pasear o ponernos al corriente con los pendientes. Otros lo haremos meditando y compartiendo ideas sobre el significado del evento y sus implicaciones respecto a la realidad actual. No faltarán aquellos que seguiremos con seriedad y expectativas los actos ceremoniales que se realizarán. Serán decisiones individuales y muchas veces familiares o grupales.
Ninguna opción es mejor que la otra y seguramente tendremos oportunidad de combinar las alternativas de forma que podamos relajarnos, mientras reflexionamos sin perder de vista lo protocolar de la ocasión.
Recordar y evaluar las circunstancias que llevaron a nuestros compatriotas a escoger emanciparse puede hacerse disfrutando al visitar lugares emblemáticos. Asimismo, resultaría agradable analizar el proceso de innovación, fusión y diversificación que hemos forjado en los doscientos años transcurridos degustando los deliciosos platos que dan cuenta de esos movimientos. Igualmente, lo conseguiremos al ponderar las diferentes manifestaciones culturales que a lo largo de la historia hemos desarrollado, aceptando, a veces a regañadientes, los transformadores flujos migratorios.
Si bien la celebración se refiere a la independencia, evoca también las diversas civilizaciones que florecieron en el territorio nacional durante milenios. La importancia de estas vibraciones ancestrales es parte de los conocimientos que hay que tener presentes.
Las instituciones construidas, las libertades conquistadas, los derechos que gozamos y los deberes a cumplir son fruto de esta mezcla de individuos, sociedades y expresiones. Estos avances, alcanzados en diferentes épocas, son indesligables de la peruanidad. Y adquieren mayor relevancia frente a los retos contemporáneos: corrupción, violencia, informalidad, irrespeto al orden legal o el desprecio hacia la política contingente. Todo lo cual hemos creado en este lapso. ¿Reconociendo que somos imperfectos empezaremos a luchar por cambiar?
Divertirnos al volver a vivir fechas pasadas, sacando lecciones para el hoy, teniendo en consideración la solemnidad de dichas actividades parece lo adecuado en estas fiestas.
Aprovechemos el instante para cavilar sobre qué accionar tendremos los días siguientes a las efemérides que vamos rememorando. Que la inflamación patriótica deje de convertirse solo en una sensación pasajera o una brisa en la vorágine de la existencia.
Intentemos coexistir con esta consciencia respecto a lo que fuimos, somos y seremos. En la actitud de cada quien estará seleccionar lo que aprenderemos en estas jornadas.
Quizás, llevarlo a casa, al trabajo, los estudios o a lo que emprendamos pueda motivarnos a ejercer una ciudadanía responsable. Perder de vista el esfuerzo de tantos connacionales a través del tiempo por lograr una convivencia saludable revelaría cierta negligencia. Honraríamos su legado aportando soluciones junto a la crítica razonada.
¡Felices Fiestas Patrias!
Escrito por
Consultas y colaboraciones a pedrocasusol@gmail.com
Publicado en
arte, música, cine y literatura.